A pesar del título, el tema de hoy tiene que ver poco con lo que comúnmente conocemos como “progresismo” (lo sé, he hecho un poco de clickbait). La definición formal de progresismo hace referencia a una doctrina o idea de carácter avanzado e innovador. En contraste, me gusta pensar que progresismo es aquello que nos hace avanzar de manera constante. Es evidente que mi definición dista mucho de la aportado por la RAE. Para mí, el progresismo tiene que ver más con avanzar a lo largo del tiempo que con estar avanzado a un determinado tiempo. Más que una doctrina o una idea, cuando pienso en progresar (o en el progresismo según mi definición), pienso en una forma de vida de constante mejora. En cualquier ámbito.
Antes de comenzar, si eres nuevo, me gustaría presentarme, si ya me has leído anteriormente, salta al siguiente párrafo. Mi nombre es Javier Guirao, licenciado en Estadística y Empresa. Soy madrileño, que no madridista, de hecho, soy del Barça. Mi ideal político se encuentra acomodado en la zona derecha del espectro, aunque cada vez más cerca del centro. Un poco como Messi, que debutó en la banda derecha pero alcanzó su máximo jugando en los carriles centrales. El nombre de la Newsletter nace de mi deseo por tratar los diferentes temas de la sociedad de la manera más real y objetiva posible. Soy consciente de que mis vivencias y opiniones no engloban la realidad total, por lo tanto, me pareció coherente darle el nombre de Realidad Limitada.
Don Juan de Borbón, padre de nuestro rey emérito (“nuestro” si eres español), entregó a su hijo, Juan Carlos (nuestro ex Rey) a Francisco Franco. Este abandono se debió al chantaje de Franco a Don Juan y a las aspiraciones políticas de éste último. No obstante, no vengo a hablaros de las razones de la entrega del joven Juan Carlos. He utilizado este apurado símil por dos razones: la primera, para describir el estado de abandono en el que este blog se ha encontrado en los últimos meses, y la segunda, para recomendaros que escuchéis este podcast sobre la vida del Rey Juan Carlos I (XRey). Os pido disculpas a todos los que me leéis. No sois muchos, pero sí valéis mucho. Es probable que hayáis pasado innumerables tardes sin saber que hacer esperando a un nuevo post de Realidad Limitada (nótese la ironía), pero ya podéis respirar tranquilos, aquí estamos de nuevo.
En los últimos tiempos, algunas de mis personas más cercanas me han preguntado sobre el blog y les he prometido que volvería a escribir. Aquí estoy y se lo dedico a ellos. Mis propósitos de año nuevo no incluyeron, en un principio, la vuelta del contenido, pero finalmente he decidido incluirlo, porque me gusta y me consta que alguno de vosotros lo disfrutáis en mayor o menor medida.
Volviendo al tema que nos incumbe, progresar es, para mí, un concepto que no tiene límites de profundidad y se puede aplicar a cualquier dominio. El libro que me hallo leyendo ahora mismo trata en profundidad el tema de la mejora y el progreso. Dicho libro fue escrito por Nassim Taleb y recibe el nombre de “Antifrágil”, donde se trata, más específicamente, la capacidad de ciertos sistemas, objetos y personas para beneficiarse de eventos ampliamente considerados como negativos. A priori, esta idea se presenta, como poco, inverosímil. Es decir, parece imposible que algo o alguien pueda beneficiarse de una situación negativa. Sin embargo, esto ocurre en muchas ocasiones y os pongo un ejemplo. Los escritores o músicos son antifrágiles. Si les alaban, iremos a leer sus libros o a escuchar sus canciones. Si les critican, también lo haremos, probablemente con mayor ahínco. La antifragilidad se cultiva a raíz de fallar mucho pero con un daño limitado. Es decir, promueve el prueba y error. O, en otras palabras, promueve mejorar. Mejorar en reducidas pero constantes dosis teniendo de base pequeños pero numerosos errores. Y la mejora en una tarea resulta en el progreso de un sistema.
En referencia a la última frase del anterior párrafo, dentro de la sociedad, nosotros somos la tarea que debe mejorar para, más tarde, resultar en el progreso del sistema, la sociedad. Considero que algunos de los problemas sociales de cierta relevancia que padecemos hoy en día están estrechamente relacionados con la falta de progreso, en general. A pesar de que se habla de progreso constantemente en televisiones y redes sociales, nuestra sociedad, generalizando, no progresa. La falta de progreso general se debe a la incapacidad de mejora de nosotros los particulares. Y esa falta de progreso, en mi humilde opinión, se debe a nuestra excesivamente cómoda situación vital. Me explico. Todas, absolutamente todas nuestras necesidades están cubiertas. No existe la necesidad de mejorar para conseguir algo. Por ello, nos limitamos a vivir. No arriesgamos. No aportamos. Condenando al sistema a no progresar. Es cierto que es más sencillo que se promueva el progreso cuando el contexto social y personal lo requiere, pero no por ello debemos obviar que no estamos haciendo las cosas bien. Si queremos progreso, necesitamos mejora individual. Sin mejora individual no hay progreso general, por mucho que se intente.
Para poder empezar a afrontar los diferentes problemas que sufrimos, considero esencial que nuestro principal propósito de este año 2024 sea probar, fallar y progresar en sea cual sea el ámbito. Que dejemos a un lado todas aquellos pesos que nos anclan y no nos permiten mejorar. Dejemos a un lado las excusas. Apartemos las disputas innecesarias e ineficientes. Olvidemos las variables que no podemos predecir y controlar. Serán la tumba de nuestras aspiraciones y la fuente de nuestras desilusiones y frustraciones. Debemos poner nuestros cinco sentidos en ampliar nuestras capacidades, en cualquier área de la vida. De esta manera, contribuiremos al progreso del grupo en lugar de tomar el papel de ancla.
Dediquemos nuestro tiempo libre a trabajar en nuestro cuerpo, en nuestra mente y, en consecuencia, en nuestras familias y sociedades. Para que disfrutemos de vidas plenas. Para sentirnos realizados — durante poco tiempo — y queramos más. Busquemos una vida plena, no cómoda, sino plena.
Por un 2024 lleno de retos pero con el progresismo — el bueno, el nuestro — por bandera y con el objetivo de una vida plena. Gracias por leerme, ¡un saludo!
Hasta aquí la Newsletter #9 de Realidad Limitada. ¡Hasta la próxima!
Conociendo los cisnes negros jeje. Qué bien tenerte de vuelta!!
Fui completamente engañado con el titulo ;)